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Sanidad Vegetal
Fuente : koppert.pe
Las plantas son fundamentales para la vida, ya que transforman la energía solar en oxígeno y nutrientes esenciales. En el ámbito agrícola, una gestión integral de las plantas es clave para lograr un crecimiento y productividad óptimos. Anteriormente, las prácticas agrícolas se basaban en un enfoque integrado, priorizando la prevención a través de técnicas como la rotación de cultivos, el laboreo mínimo y el uso de variedades locales resistentes. Sin embargo, con la introducción de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, se produjo un cambio que ignoró la importancia de un enfoque sistémico.
Redescubrir los métodos naturales de sanidad vegetal
Adoptar el control biológico de plagas
Con el paso del tiempo, el control biológico de plagas ha demostrado ser efectivo para manejar las infestaciones sin los problemas asociados a los plaguicidas químicos. Los artrópodos beneficiosos y los microorganismos patógenos de insectos proporcionan soluciones sostenibles, asegurando eficacia a largo plazo y cumplimiento con las rigurosas normativas sobre residuos químicos.
Fomentar la interacción planta-suelo
Es fundamental entender cómo las plantas interactúan con su entorno. La fotosíntesis, la dinámica entre hojas y frutos/raíces, y la compleja red alimentaria del suelo son elementos clave para el crecimiento óptimo de las plantas. Un perfil metabólico equilibrado, que abarque tanto metabolitos primarios como secundarios, es vital para que las plantas puedan resistir el estrés ambiental.
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Mecanismos de defensa mediante compuestos completos
El nivel de resistencia de las plantas está relacionado con su habilidad para producir compuestos estructuralmente completos, como carbohidratos, lípidos y proteínas. Cuando las plantas realizan una fotosíntesis eficiente, envían azúcares al sistema radicular, lo que estimula la red alimentaria del suelo. Esta interacción libera minerales esenciales, facilitando la formación de proteínas completas que son fundamentales para el crecimiento vegetal. Una red trófica del suelo bien desarrollada ayuda a disminuir la vulnerabilidad a patógenos oportunistas.
Energía almacenada, lípidos y metabolitos secundarios
Un exceso de energía fotosintética resulta en el almacenamiento de lípidos, que son cruciales para la producción de metabolitos secundarios de las plantas (PSM). Niveles altos de lípidos ayudan a las plantas a tolerar el estrés, brindando protección contra la radiación UV, los patógenos y los depredadores insectos.
Mecanismos de resistencia inducida
Las plantas utilizan la resistencia sistémica adquirida (SAR) y la resistencia sistémica inducida (ISR) como estrategias para protegerse de los patógenos. Mejorar los procesos de crecimiento y aplicar bioestimulantes refuerza estos mecanismos de defensa naturales.
Aprovechar los bioestimulantes para optimizar el crecimiento de los cultivos
Bioestimulantes para la absorción de nutrientes y la tolerancia al estrés
Los bioestimulantes, que comprenden sustancias y microorganismos, benefician la absorción de nutrientes, la eficiencia en el uso de nutrientes y la tolerancia al estrés abiótico. Las algas marinas, los ácidos húmicos y fúlvicos, los aminoácidos y los microorganismos contribuyen a mejorar el rendimiento de las plantas.
Algas marinas: adaptación al estrés y fomento del crecimiento
Las algas marinas, ricas en fitohormonas, ayudan a la adaptación al estrés y promueven el crecimiento de raíces y brotes, la absorción de nutrientes y la eficacia de la fotosíntesis.
Ácidos húmicos y fúlvicos: potencian el desarrollo de las plantas
Los ácidos húmicos y fúlvicos, componentes vitales del humus, mejoran la germinación de las semillas, el crecimiento de las plántulas y el desarrollo de la biomasa de raíces y brotes. También tienen efectos supresores sobre ciertos patógenos.
Aminoácidos: componentes básicos para el rendimiento de las plantas
Los aminoácidos, como bioestimulantes, favorecen el crecimiento de las plantas en condiciones de estrés proporcionándoles directamente los componentes básicos para la formación de proteínas. Mejoran varios aspectos de la salud de las plantas, como el tamaño, el sabor y la resistencia a plagas y patógenos.
Microorganismos: aliados de la sanidad vegetal
Microorganismos como Trichoderma, Bacillus, Mycorrhiza y Pseudomonas contribuyen al crecimiento y la salud de las plantas. Su funcionamiento óptimo depende de factores como la humedad, las fuentes de alimento disponibles, el pH y la ausencia de sustancias tóxicas.
Adoptar un enfoque sistémico para una agricultura sostenible
Conscientes del impacto negativo de la producción de alimentos, los productores están adoptando un enfoque más holístico. La consideración de factores como las variedades de cultivos, las condiciones del suelo, la nutrición de las plantas, la biodiversidad, el control de plagas y el control biológico fomenta unos cultivos más sanos y resistentes con un impacto ambiental mínimo.
En conclusión, restableciendo un enfoque sistémico de la agricultura e integrando métodos naturales, los productores pueden mejorar la resistencia de las plantas, promover prácticas sostenibles y contribuir a un planeta más sano.